La banda platense picó nuevamente Club Paraguay, el pasado viernes, con un sold out por segunda vez en el año tal como sucedió en marzo.
El toque daba comienzo pasadas las 2am. La hora no es casual. El clima que se construye tampoco. Entre las consolas, las teclas y las cuerdas, Peces Raros busca que el formato sea de “fiestita”, si es que cabe el término. Algunas de las que sonaron fueron Clericó, Fabulaciones, Cicuta (ft. Trueno), No Van a Parar, entre otras, que corresponden a los 3 últimos discos de estudio de la banda.
Los peces conjugan, de una manera bastante explícita, a la electrónica con el rock. Con el fantasma del rock. Buscan constantemente esta vinculación y esta mezcla de dos palos que articulan a las raíces con el lenguaje de las máquinas. Esto es bastante común desde hace un tiempo a esta parte.
Muchas bandas que nacen en la vanguardia surgen con estas bases que se fueron sentando con el paso del tiempo, y la banda de las diagonales no queda exenta. Por eso hablamos de esta conjugación establecida entre dos géneros que, tranquilamente, pueden confluir y viajar de una manera cómoda y sutil, y que a su vez invita a adentrarse y deconstruir un multiverso musical que lejos está de establecer paralelismos o caminos distintos.
Crónica realizada por Juan Pablo Rodano, fotografías Fatima Juarez, para www.delaviejaescuela.com
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