Los Espiritus volvieron a Quality Espacio y dieron un show plagado de música negra, humo dulce y camisas floreadas.
Los encargados de calentar el campo antes del plato fuerte fueron Los Tomates Asesinos. La banda cordobesa dio una dosis perfecta de psicodelia instrumental. Sonidos que bien podrían ser playlist de un videojuego o alguna experiencia de realidad virtual, fueron contundentes y sonaron prolijos, parecia que tenian todo milimetricamente calculado. Y asi fue.
Apenas unos minutos pasadas las 22:30, Maxi y los suyos invadieron el escenario. Todos de camisas con diseños floreados, atravesando “La crecida”, el primero de la noche. “Mares”, “Mapa vacio”, “La mirada”, tambien sonaron en la primera parte de una lista de temas que repaso sus tres discos, principalmente de “Agua ardiente”, editado en 2017.
Presentaron un tema nuevo, “Mi sangre”, un blues con percusiones africanas que se sirvió como un plato tentador e interesante. Casi sin emitir palabra, dejando que los sonidos hablen por ellos mismos y sean el canal que comunique a la banda con su publico, arremetieron con “Noches de verano”, el gran éxito de los oriundos de la Ciudad de Buenos Aires. De ahi en adelante, catarata de exitos.
El humo dulce ya inundaba todo Quality, y el campo se convirtió en una pista de cuerpos que acompañaban las vibraciones del viaje espiritual. La mas cantada fue “Negro chico”, que ya empezaba a sentir el final. “Perro viejo”, “Jugo” fueron la antesala de “La rueda”, el broche de oro.
Los Espiritus se convirtieron en los máximos referentes de la nueva generación de nuestro rock. La rueda va a girar y girar. En noviembre los tenemos de vuelta por estos lados.
Crónica Agustín Martinez. Fotografías Juanse Castro para delaviejaescuela.com
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