Tras varios meses de gira por distintos puntos de Norte y Latinoamérica presentando nuevo material, sus “Alas Canciones” se desplegaron nuevamente en la “Docta”. Cumpliendo un año entre el público, el cual lo recibió de gran manera, denota el buen momento de la banda.
Si bien lo habíamos disfrutado a comienzos de mayo, no perderíamos la oportunidad de festejar su trigésimo cumpleaños.
El XL Abasto, de temprana apertura por la veda electoral, nos brindaría el lugar para tal celebración. Pasadas las 20 Hs los locales Botánica Reggae inundaron de dub y buenas vibras el lugar.
Aceitadas las articulaciones de los cuerpos que acudieron sin dudar, Los Cafres estaban listos para zarpar cual león entre pastizales. Desplegados en gran número sobre el escenario como es habitué, dispararon las primeras notas con Bonetto cantando detrás de los telones.
Lo nuevo Se q´ el Mar, Por mas q´ Intente y El Silencio dieron inicio a la lista que incluiría lo mejor de discos anteriores, desde “Frecuencia Cafre” hasta “El Paso Gigante”, su más exitoso trabajo.
Con la energía que lo caracteriza y su espiritualidad floreciente, Guillermo parecía iluminar con su atuendo blanco. Una invitación a cerrar los ojos y disfrutar de las melodías que recorrían el lugar.
La tranquilidad y la paz se respiraba a montones. La calma irrumpida no más con la fuerza de sus instrumentos, hizo a un festín de sensaciones. Percusiones galopantes, vientos envolventes y vibrantes cuerdas llevaron la mente a otra dimensión.
El preludio de las trompetas avisan que Suena la Alarma, una joya de aquellas que erizan la piel, inminente invitación a bailar imposible de ignorar. Su culminación daría paso a una de las que posiblemente, dentro de algún tiempo, ocupará el mismo lugar. “Empecemos a vernos de frente para darle un descanso a la mente” reza Perdón entre las teclas de un piano que lleva el ritmo de principio a fin.
La sucesión de hits musicales de la banda fue avanzando acorde al clímax generado . El “momento de intimidad” se hizo entre aquellos que en pareja asistieron, entrelazados en suaves besos y cómodas caricias, “recorriendo cada espacio de su ser”, miradas perdidas en infinitos paraisos que se descubren en pupilas fijadas.
Un Momento para el romantic flow que daba el pie a la parte más bailada y festejada de la noche. Ocho temas para el cierre con una pausa en el medio para abatir los temblores en el cuerpo provocados por la euforia. Comenzando por Kaos, Dale y sus potenciales melodías, bajando unos cambios al sonar de Aire y Tus Ojos.
Luego del respiro el inminente final. Alas Canciones, cabeza de serie de su último álbum, desembocó en la despedida que se sellaría con Si el amor se cae y Casi q´ me pierdo.
La Receta de esta banda es simple y sin muchos secretos, trabajo duro a pesar de las durezas del día a día, no bajar los brazos e insistir. “Toda una vida para buscar esa luz que te ilumina en otro lugar. La receta que este Reggae recomienda, una docis de armonía”.
Crónica: Nahuel Navarro
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