La llegada de la ola polar a nuestra ciudad no impidió que el Abasto sienta el calor del heavy argentino: el pasado sábado 15 de junio Los Antiguos dieron cátedra de rock pesado ante un Refugio Guernica lleno de corazones de metal.
Ya es costumbre en Córdoba que la noticia de la visita de la banda del Pato Larralde a nuestra ciudad despierte ansiedad y adrenalina. Desde Buenos Aires, el grupo ha generado una creciente empatía con los cordobeses, creando un ambiente de amistad y camaradería entre y con el público.
EL SENTIMIENTO DESDE ACÁ
Pero por supuesto que este empático aire que llenaba las paredes de Guernica fue una construcción comenzada por las bandas locales que acompañaron: Moreno (desde Río Cuarto) se armó de su metal pesado y con influencias bluseras, para los primeros headbanging de la noche. Le siguió Eterna Agonía, peso pesado del género en Córdoba, con su toque hardcore que ya tiene suma adeptos en cada show. Con el lugar prácticamente colmado, los chicos de P.A.C.T.O., quienes no dejan de sorprendernos con el constante crecimiento que vienen teniendo: esta es una de las cosas que más enorgullece a la escena local en los últimos tiempos.
EL MISMO SENTIMIENTO PERO DESDE ALLÁ
A las 3 de la madrugada las luces se limitaron a una proyección en el techo del Refugio, con la gráfica de Los Antiguos; es que en los segundos posteriores, los músicos se apoderaron del escenario y comenzaron con su laburo: volver demente al público. El Pato con su botella de vino en una mano y los característicos cuernitos del metal en la otra, subió al escenario venerado cual Dios. Es que con su presencia sentías que estabas viendo a un prócer. El prócer del metal argentino de los últimos tiempos. Muchos coinciden en que Los Antiguos es una de las últimas grandes bandas que dio el metal nacional, lejos de la “cabeceada”, el grupo tiene una impronta renovada y un sonido característico propio.
En la previa de un próximo disco, la banda presentó nuevas canciones pero no dejó de recorrer ‘Simple’ (2013) y “Madera Prohibida” (2015). Los temas ya son clásicos, según el ferviente coro de los fanáticos durante toda la velada.
Un show de Los Antiguos no es menos que una fiesta rockera y de amistad. A su vez, es mucho más: las cosas como son, el mensaje anti-político -si se quiere-, ya que nuestro bienestar y satisfacción debería depender pura y exclusivamente de nosotros mismos. Larralde dejó en claro que este es el mensaje que desea transmitir con su banda. “Lo que importa es esto”, refiriéndose al buen momento que todos los presentes estábamos teniendo: un recital de rock. Y cuánta razón tiene. A pesar del frío, las situaciones que a cada uno le toca enfrentar individualmente y como sociedad, todo pasó a segundo plano durante las horas que Refugio Guernica nos acogió esa noche para vivir un show inolvidable y entrañable. Hoy por hoy, para disfrutar un recital, el vínculo entre la gente que espera por ver a su banda favorita es lo que da la nota. En este caso no se pudo vislumbrar otra cosa más que no fuese hermandad y familia entre todos. Hoy Los Antiguos generan una especie de ritual amistoso y pesado al que todo rockero del país debe asistir por lo menos una vez: es el obligado de la nueva música argentina.
Cobertura realizada por Carla Ortiz, fotografías Day Olmos para www.delaviejaescuela.com
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