Las "MANOS ABIERTAS" del Rock

Cuando uno piensa en el mundo del rock, generalmente, la idea que se le viene a la cabeza es la de un ambiente heavy, de competencias y egos. Quizás el imaginario social nos haya creado esta forma de apreciar esta clase de músicos. Sin embargo, las apariencias engañan y no siempre el punto en común entre todos los rockeros es esa personalidad dura y difícil. Esto quedó en evidencia en el Rock Solidario, un evento organizado por Refugio Guernica a beneficio de Fundación Manos Abiertas. ¿La entrada? Frazadas, ropa, alimentos no perecederos, cualquier donación que sirva para ayudar al otro, a ese que menos tiene.

ACTO 1: 7MO REGIMIENTO

La inauguración de la noche estuvo a cargo de 7mo Regimiento, una banda de chicos jóvenes, con ganas de demostrar lo que hacen. Tuvieron un repertorio variado con canciones como Drak, Amaneció, Viejo amor, Lengua y literatura, Come together, entre otros temas.
Lo interesante de este grupo fue justamente la frescura e inocencia con la que dieron comienzo a la jornada solidaria, ya que en el lugar apenas había público, y sin embargo, ellos le pusieron todas las ganas para que fuera ‘el show’. Sin duda, por la edad que tienen, recién están comenzando un largo camino, pero que claramente han decidido arrancar con todas las pilas.

ACTO 2: LOS VAGOS

Los pibes se subieron al escenario con toda la fuerza del ‘rock rollinga’. Seguía sin haber mucha convocatoria, pero les aseguro que encendieron los pies de los que estábamos ahí con un vaso de cerveza y los brazos cruzados por el frío.
Entre diferentes clásicos de Ratones Paranoicos y los Rolling Stone, comenzaron a generar un ambiente cercano, familiar, porque interactuaban con nosotros como si se tratara de la sobremesa de una cena. Eso descomprimió la falta de gente y nos animó a querer escuchar más.
Lo lindo de esta banda es que fue la única que no paró de repetir ‘gracias por esta acá a beneficio de Manos Abiertas’,  dejando en primer el lugar el verdadero objetivo de la noche.

ACTO 3: LA OXIDADA

Y aparecieron estas jóvenes promesas del Interior de Córdoba para rompernos los esquemas. Es que la actitud arrolladora con la que empezaron a tocar no pasó desapercibida.
Con una dosis de acting’, dieron rienda suelta a un listado de temas como Show, Swing, En llamas, Esa chica, No me importa, entre otros. Fueron diferentes, como fieles a la personalidad del músico que va a hacer lo quiere con tal de disfrutar lo que toca. Jugando al borde y abajo del escenario, se metieron entre el público pidiendo aplausos para una presentación que gustó y mucho.

ACTO 4: EXCUSAS VIEJAS

Ellos representaron la vieja escuela del rock. Quizás por el recorrido que vienen haciendo desde hace años, esta banda dio el cierre maduro que un evento así necesitaba.
Anestesia mental, Ni burgués ni delincuente, Motor, No tengo un lugar, El jugador, fueron algunas de las tantas canciones que regalaron a un público, que a esta altura de la madrugada, estaba compuesto por varios fieles de este grupo. Supieron despedir una jornada distinta en el mundo del rock.

ACTO FINAL: TENER UN LUGAR A DÓNDE VOLVER

Cuando me puse mi campera para volver a mi casa y salí a la calle, el aire helado me congeló la cara cual golpe en el mentón que no te esperás. Fue ese instante que pensé: ‘qué suerte que en breve llego a mi hogar’. Automáticamente sentí un escalofrío en la nuca, distinto al que es producido por la sensación de frío. ¿Cuánta gente está viviendo afuera sin tener la satisfacción de pensar en volver a algún lugar?
Hace falta que empecemos a caer en la realidad de que el abandono y la soledad están a la vuelta de la esquina. No es necesario ir muy lejos para reconocer a una persona en situación de calle. Sí, dije reconocer. Porque tenemos que abrir los ojos y darnos cuenta que ‘ese’ que duerme entre cartones en la puerta de nuestro edificio es tan humano como lo somos cada uno de nosotros.
Para ellos fue este evento: para los que sufren hambre. Para los que lloran la soledad. Para los que se drogan con tal de olvidar. Para los que se acurrucan en un banco de una plaza con tal de imaginarse el calor. Para los que se han vuelto invisibles.
Gracias al equipo de Refugio Guernica. Gracias a las cuatro bandas que se sumaron a esta idea sin querer nada a cambio. Gracias a los que fueron y aportaron algo de todo aquello que ya no necesitan. Les aseguro que en una noche de música y baile, le cambiamos la vida a más de uno que anda por ahí agradeciendo nuestro gesto.

Cobertura y fotografias realizadas por Florencia Lanter para www.delaviejaescuela.com

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