JULIAN CASABLANCAS + THE VOIDZ: “Vorágine experimental en el Abasto”

Domingo de elecciones, y después de un largo día de votación fuimos a nuestro tan querido abasto a compartir unos choris con Julián. El líder de los Strokes salió de gira con The Voidz, su proyecto paralelo, y trajo su faceta más experimental a las tablas de Krakovia.

Los locales Lautremont fueron los encargados de encender el avispero, con un set corto pero muy contundente, demostraron que se puede hacer stoner y sonar como los grandes del género desde acá, con tonada. Cada vez que los veo tocar los disfruto más, es la banda que se viene del under cordobés.

Rey Pila, los Mexicanos encabezados por Diego Solórzano, fueron los siguientes en subir al escenario. Estéticamente parecidos a The Strokes, estos cabrones dieron indie/pop/rock ochentoso en dosis justas. Su sonido recuerda mucho a Duran Duran, TV on the Radio o incluso a Yeah Yeah Yeah´s. Todo el mundo bailando, pero muy ansiosos y expectantes por Casablancas y los suyos.

A continuación, Promiseland nos presentó la que fue quizás la propuesta más interesante de la noche. La “banda” Australiana que tiene como único miembro a Ferdie Charlie nos convido un cóctel de música electrónica, funk, rap, hip hop… Todo eso y más mientras el flaco pelilargo no paraba de corretear y hacer piruetas dentro y fuera del escenario (Se trepó al balcón del vip y canto desde ahí arriba, un limado).

Se hizo medianoche y aún no teníamos noticias del gordo. De a poco se fueron juntando mas remeras de los Strokes y rompevientos Adidas. Una realidad es que gran número del público que se acercó anoche a Krakovia esperaba ver un show cargado de clásicos de los Neoyorkinos que hace unos meses se presentaron en el Lollapalooza; la verdad fue otra. Julián quiso despegarse lo más posible de eso y presentar al 100% su faceta más oscura y experimental.

“Wink” fue el nuevo tema que dio inicio al show de The Voidz. M.utually A.ssured D.estruction” fue el inmediato segundo y la canción que terminó de dejar en claro que la cosa venía por otro lado, muy alejada de the Strokes. Un riff energico sumado a la fuerza de la batería componian un cóctel frenético. Puede recordar a “Juice Box” o “Heart in a cage”, pero lo cierto es que es mucho más pesado, bien punk rock. La distorsión que usa casablancas en su voz por momentos recordaba a Joey Ramone.

Es difícil darle un título al estilo de los Voidz, lo mas acertado seria compararlo con el post punk y la new wave de los 70/80. El mismo Julián explicó en varias notas haberse inspirado en esa época, nutriéndose de bandas como Joy Division o PIL, y lo cierto es que eso está claro. También quedó en evidencia que el Gordo aprovecha este proyecto para dar riendas sueltas a sus visiones musicales. Ningún tema es igual al otro o puede compararse siquiera con algo que hayamos escuchado.

El momento de la noche fue cuando nos regalaron una versión de “you only live once”, lejos del agite de la original y mucho más introspectiva. Hubo catarata de temas nuevos que van a formar parte del próximo disco de la banda. “Alienation”, “We´re Where We Were” y “Ghoul” ya tienen futuro de clásicos con la firma de Casablancas.

De pocas palabras, Julián se dedicó más a cantar que a charlar con el público, y casi que no pudimos escuchar su voz real por la distorsión, que le daba una sonoridad metálica, como si hablara en una habitación vacía y lo invadiera el eco. con esa misma voz, recorrío su primer álbum “Tyranny” un hit tras otro. “Father Electricity”, “Where no eagles fly” fueron algunos de los que se mimetizaron entre la catarata de nuevas canciones.

Para el final de una lista de temas corta, de apenas 12 títulos, arremetieron con su obra orquestal más compleja, “Human Sadness”, invitándonos a un viaje que duró por lo menos 15 minutos y que pasó por todos los matices y colores. Su hipnotismo nos mantuvo en trance,  y finalizado el viaje el aplauso fue fuerte, mientras Julián abandonaba el escenario, solo y aun con las luces apagadas… Volvimos a ser testigos de uno de los mejores shows que han pasado por nuestra ciudad.

Crónica: Agustin Martinez
Fotografías: Elizabet Kenny

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