Feli Colina festejó su cumpleaños en “Club Paraguay”, para abrazarnos con su talento inconmensurable
El pasado viernes 28 de octubre Feli Colina se presentó en Club Paraguay
para festejar su cumpleaños, permitiendo a sus fans formar un aquelarre de festejo. La artista salteña llegó a la capital cordobesa para abrazarnos con su talento inconmensurable, despilfarrando belleza y creatividad.
La misa pagana de ese viernes festejó la sensualidad, sirviendo para
recordar aquella prohibición y sometimiento que se transformó, por medio del arte, en el disfrute de la libertad expresada en el público al grito de sus poemas. Se sentía como se liberaban las alguna vez encarceladas almas en el correr de esos minutos, derrochando sentido en ese espacio que se volvió en cuna del desahogo.
“Aprendizajes truncos, yo no soy lo que querías
Pongo toda mi fuerza y solo encuentro melodías
Yo quiero encontrar palabra, ser tu frase perdida”
La letra de sus canciones, el ritmo y la narrativa oral de la cantante que dice ser “especialista en nada” nos dejó estupefactxs, su mirada cercana e hipnotizante hizo que no le podamos sacar los ojos de encima durante toda una hora y media.
La naturaleza de la narrativa de las canciones, la sensación y sentido político de cada frase que se engloba en su disco “Lxs Infernales”, vuelven a su show un espectáculo que te atraviesa el cuerpo, el alma y la mente. Allí donde solo hay melodía ella encuentra nuestra frase perdida, le adjudica palabras a aquello que estamos deseantes de decir desde el sentir, pero que permanece ahí guardadito en la historia y en nuestros corazones, Feliz las descubre para partirnos el alma.
“La esperanza se prende fuego, se me caga de risa,
esperando que la brisa siga trayendo sorpresas,
para encontrar un canto, que despierte tu canto,
para no encontrar canto, y encontrar solo ceniza”
Este show terminó llegando las once de la noche y nos dejó a todxs lxs que
íbamos a ver un espectáculo con un rondar de sentimientos que ardían en la piel, desde la excitación, pasando por las lágrimas, y llegando al baile que nos regala el espíritu de prescindir de la cotidianidad, con la licencia pícara y libertad de sentir un carnaval.
Crónica realizada por Lucía Cabrera Preciado, fotografías a cargo de Eugenia Barrera, para www.delaviejaescuela.com
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