La música, como herramienta de transformación, exige fuertemente una motivación para poder re-producirla, re-configurarla. Se habla de una música creada y criada. Se habla de que todo ya está hecho. En este caso, Feli Colina toma todas estas ideas. Las derrumba. Y a su vez enmarca y sitúa su arte en tiempo y espacio.
El pasado sábado, Feli Colina se presentó con su banda (Los Infernales) a las 21hs. en Studio Theater. La cita se dió a causa de la gira nacional de la artista, exponiendo su tercer álbum como solista al que denominó “El Valle Encantado”. En este disco, la cantante salteña busca vincular ternura con reflexiones devenidas de denuncias que, a través de guitarras criollas, percusiones, y sonidos ambiguos, marcan una prosa inconfundible que
viaja por los orígenes de Feli.
Colina promete considerar a la música como compañera, como materia de sostén. Comenzó con Caballo a modo de intro, uno de los cortes del último disco que mezcla sonidos de la naturaleza con una prosa penetrante que interpela. Luego viajó por sus materiales anteriores, tocando algunos que corresponden a Feroza como Martes, Susurrito (que tuvo a las coristas como protagonistas), y hasta alternó algunos covers de zambas y
malambos bien norteños. Así es como sostenemos lo mencionado: Feli Colina busca mantener sus raíces, y plasmarlas en este nuevo escenario musical que amplía, cada vez más, el espectro del consumo cultural.
Fue un show repleto de condimentos que conjugó la melodía con vestuario, puesta en luces y escenografía, ofreciendo una muestra sin precedentes que representa fielmente la idea de los artistas.
Crónica realizada por Juan Pablo Rodano, fotografías a cargo de Fatima Juárez para www.delaviejaescuela.com
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