Antes de comenzar la siguiente crónica de show me siento en la obligación de explicar algunos puntos que debería tener en cuenta todo aquel que asista por primera vez a un show de “Ete y los problems”.
1 – A pesar de lo que creas… todavía no lo viste todo.
2 – El folk, la milonga, el country y el rock pueden caber en una misma banda.
3 – La intimidad de un show no tiene nada que ver con la cantidad de gente presente en el mismo.
Una vez aclarado estos puntos creo poder comenzar con la siguiente crónica.
Pequeñas grandes diferencias
La primer gran diferencia no la marco la banda, ni la gente, ni las luces o el sonido… sino el tiempo. El show pactado para las 21 hs. Me obligo a cambiar el chip de la escena de rock en Córdoba, donde uno comienza la noche en algún bar con amigos y la termina disfrutando del algún show a altas horas de la madrugada, para emprender el regreso a casa una vez terminado el mismo. Acá la noche comienza con el show…
Uniclub (lugar que pise por primera vez, algo que hacia muchísimo no me pasaba) no tiene un gran escenario, ni buenas luces o un gran sonido, ni siquiera es grande, pero es “practico” y “conciso” sin recovecos ni columnas de por medio, un lugar ideal para ver una banda, un “palo y a la bolsa” que permite que uno vea bien el show desde cualquier lado donde este.
Otro punto a favor… la monjita de cerveza siempre va a estar más fría y será más rica que la cerveza más helada servida en un vaso de plástico.
Show
“El Incendio” (canción que abre el disco “El Éxodo” el cual despedían) también fue la encargado de abrir el show (como no podía ser de otra manera) el acople inicial del tema fue más que suficiente para romper el silencio de un público expectante y decidido a dejarse sorprender.
“Yo creo que es mejor seguir moviéndome” dice el estribillo, como presagiando lo que sería una noche llena de vaivenes que se retroalimentaban desde arriba y abajo del escenario.
El primer arrojo de violencia musical llego casi de inmediato con “Aparte”, una opción más que acertada para despabilar a algún distraído que estuviese en otra cosa.
El show descargo una intensidad musical que llego a todos de distintas maneras y formas, esa energía convertida en personas que no paraban de cantar, de bailar, algunos saltaban y los más “tímidos” cantábamos por lo bajo.
Ernesto Tabarez (cantante de la banda) es un tipo que no teme demostrar lo que le pasa, lo que siente, lo que disfruta y lo que sufre. Fue creado para estar sobre un escenario, para tener la banda que tiene y para hacer la música que hace.
En una entrevista que le realice hace unas pocas semanas, me conto que la gira por Alemania saco los peor de ellos en muchos aspectos, incluso admitiendo “no nos fuimos a las manos porque somos cobardes” y que la idea de despedir este disco (“El Éxodo”) es una forma de celebrar que llegaron de la misma a salvo. Este contexto explica de manera más que suficiente porque “Newton” (tema adelanto de su próximo disco) tiene las violas tan al frente, una violencia descargada en un riff de guitarra que nos da una pista de lo que podemos llegar a esperar para su nuevo trabajo.
El primer encuentro masivo de voces llego con “Los Muertos” (de los denominados clásicos de la banda) uno de esos temas que no se pueden dejar de cantar.
Los diferentes climas fueron manejados a la perfección, “vamos a tranquilizar un poco” fue el mensaje que antevino a “La Portera” un tema que si hubiese sido creado en nuestro país se llamaría “La Tranquera” una suerte de breve historia musicalizada “Cruzaron la portera, tu hermano iba adelante, tu hermana te abrazaba, tu padre con un palo gritándole a los perros… atrás iba tu madre”.
Sin dudas y como no podía ser de otra manera “Jordan” fue el punto más alto de la noche, “esta canción seguro la conocen” dijo Ernesto y desplegó los acordes de una canción que se despegó del resto y que a mí como a muchos nos introdujo en el mundo de una banda desconocida hasta entonces. Momento para que todos se permitieran cantar a gritos el tema, e incluso se armara el primer y único pogo de la noche.
El segundo tema que adelantaron de su nuevo disco (aún en proceso) fue “Cacería” que invito a sumarse a la banda a Ezequiel Rivero (Futuras Madres) y transformar por un momento la banda en un quinteto. El tema incluye aullidos de lobos, una reminiscencia al frio despiadado y las noches cubiertas de nieve que vivieron en su visita por el país Bávaro.
Los bises comenzaron con “Bailemos” un tema ejecutado por Ernesto y su guitarra acústica, un momento emotivo e íntimo. Un tema que pensaba colgar en internet y que Jaime Ross de manera muy atinada le aconsejo no hacer “Sobre esta piedra construirás tu próximo disco” le dijo el músico.
“Milonga de Manuel Flores” puso a todos a bailar, una alegría general que llevo a la gente a formar parejas, una escena inesperada para un show “de rock” anticipando un final que llego de la mano de “No sé lo que paso” el único momento durante todo el show en donde Ernesto abandono la guitarra para adueñarse del micrófono y de la noche. Tanta energía no podía se contenida en un solo cuerpo, y para descomprimir bajo del escenario y se mezcló con la gente, pero no del modo en el que solemos estar acostumbrados a ver, en ese momento era uno más… una persona que disfrutaba de la misma manera que disfrutábamos de lo que estaba ocurriendo, de lo que ellos mismos, de lo que nosotros mismos generábamos.
Un show que sin duda marco un antes y un después en una banda que está haciendo un camino de hormiga, con la idea de construir su propio imperio a base de canciones.
Lista de Temas: El incendio – Aparte – La bandera – El futuro – Los muertos – Newton – La Portera – Ruta 8 – El Éxodo – Objetos Perdidos – Cacería – Confesa – Jordan – Número desconocido – Bailemos – Milonga de Manuel Flores – No sé lo que pasó
Crónica realizada por Diego Salazar para www.delaviejaescuela.com
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