A sala llena, Airbag arrasó Studio Theatre.
El pasado sábado los hermanos Sardelli volvieron a pisar suelo cordobés. La cita fue en Studio Theatre, plaza que empieza a ocupar un lugar importante dentro de la movida de recitales de la docta.
Minutos antes de las 22 hs se apagaron las luces y la “A” impresa en fondo rojo se adueñó de la pantalla gigante del escenario. También se iluminaron con tonalidades rojas todas y cada una de las “A” que adornaban cada uno de los amplificadores que esperaban por el trío de hermanos. “Un día diferente” fue el inicio de la vorágine. Pato, de gorra y campera negra con la leyenda “TOKYO” en la espalda, encabezó el tridente completado por Guido y Gaston. “Vivamos el momento” mantuvo la potencia del arranque, calentando las gargantas para el primer hitazo de la noche, “Cae el sol”. Si, la versión original, no la cumbia canchera.

Hasta acá todo redondo. Los juegos de luces y lasers acompañan a la perfección, la banda suena prolija y afilada pero a la vez potente y el coro interminable de la gente le da la mística justa. “Colombiana”, de su última placa “Mentira la verdad”, presenta los primeros guiños al rock and roll ochentoso que tanto influenció a los de Don Torcuato. “Tu locura” y “Cicatrices” cerraron el primer bloque.
Airbag es la prueba de que aún hoy, en el auge de la nueva oleada de sonidos y formas de hacer música, se puede hacer hard rock y no morir en el intento. Fieles a la clásica formación del género, mantienen alta la bandera de que con guitarra y batería se puede, mientras el bajo acompaña y decora además de dar fuerza.

“Hoy es sábado, no?” sentenció Patricio, el mediano de los Sardelli, quien intercambio roles con su hermano menor, Guido, en varias ocasiones. Es que algunas canciones suenan mejor con la voz de quien fuera el encargado de los platillos en los orígenes, y nos dieron una tremenda versión de “Bajos instintos”. El juego de luces, como ya nombre, fue un show aparte y este fue uno de los casos donde más destacaron. Bajaron un cambio en un par de temas, “Otoño” y “Blues”, donde las luces que primaron, esta vez, fueron la de los celulares que registraban el momento.
Promediando el show, el primer single y la canción con la que empezaron a hacer ruido, bastante ruido. “La partida de la gitana”, que hace poco cumplio 15 años. De la rebeldia adolescente de camisas leñadoras, crestas punk y cadenas al cuello, pasamos sin escalas a la madurez musical que hoy en día caracteriza a Airbag. No solo en lo musical propiamente dicho, sino también en la lírica, más profunda e introspectiva. “Por mil noches”, con solo de armónica de Pato sobre el final, uno de los puntos más altos de la velada.

De acá en adelante, una patada atrás de otra. Pibas en alto revoleando sus remeras en medio de la tormenta que fue “Huracán”. La balacera de “Kalashnikov” (guiño al creador del famoso fusil AK- 47) recuerda mucho a “Hysteria” de Muse o “The hand that feeds” de Nine Inch Nails, principalmente en las líneas de bajo en las que se luce Gastón, el gran hermano. Como paso durante todo el show, los lasers jugaron un papel fundamental pero acá tomaron mayor protagonismo: Redes de color verde entrelazadas en medio del escenario, iluminado solamente por una tenue luz azul y en medio de esa danza de reflectores, las siluetas de los Sardellis. Tremenda foto de un momento explosivo, quizá el más alto de la noche del sábado.
Ya entrando al final, “Mi Sensación”, otro hitazo de la época dorada de Mtv y del disco “Una hora a Tokyo”, ese en el cual se burlan de los dichos del ex presidente riojano. “Ahora nomás nos estamos yendo a México y en octubre vamos a estar teloneando a Muse. Ahí capaz estrenemos canciones, estamos terminando de grabar el nuevo disco, se que estan impacientes. Los esperamos allá!”; y el cierre con otro de primera hora: “Solo aquí”, que a pesar de ser del primer disco, han sabido transmutarlo a su sonido actual, moderno y de riffs contundentes. Mientras se despedían y las luces empezaban a encenderse, escuchamos el tangaso de Gardel, “Por una cabeza”, entonado por Patricio mientras se alargaba el cuello de la remera y le mostraba un pezón a la piba que se había puesto en tetas sobre los hombros de algún amigo hacía varios temas ya. Y si, Airbag es un huracán.
Cronica: Cabeza Martinez
Fotos: Natalia Luceros
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