MORELLA MOR: "Psicoanálisis al rock"

“Yo soy una psicoanalista común y corriente, pero tengo cierto vinculo con la música y cierta capacidad de romper con el encuadre tradicional, que hace que el músico se acerque” Así se define Melina Brunori, más conocida como Morella Mor (que lejos está de ser un juego de palabras del término “amor”).
Una vez instalado en su departamento, luego de lograr cesar los ladridos de Renata, su pequeña perra salchicha, y tras haber observado su colección de discos y DVD’s – donde habita un claro predominio de Queen – me dedico a avasallar en preguntas a la psicoanalista, algo que, según la lógica, debería ser a la inversa.
Ferviente creyente de la individualidad del sujeto, su inserción al psicoanálisis en la música parte de un DVD de Metallica en el que, justamente, entrevistaban a un psicólogo que participó en la grabación de uno de sus discos. Una participación que, me anticipa Morella, resultó catastrófica.

 DLVE: ¿Y cuales son los rollos que habitualmente presenta un músico?
Morella: Quizás lo que más se frecuenta son los problemas relacionados al imaginario que genera el rock, esto de que el rockero tiene que ser transgresor en todos los aspectos, caer borracho al ensayo, andar drogado por todos lados. Entonces por ahí hay otro que quiere laburar bien y no puede por esto.

DLVE: ¿Qué crees que se persigue más, la fama o el estereotipo?
Morella: Existe un grave juicio que tienen los músicos de rock; que creen que por el estereotipo van a llegar a la fama. De hecho me pasa que hoy en día siento que el rock está muriendo porque no hay propuestas nuevas. Hay una concepción de ver quién la tiene mas larga en cuanto a banalidades y muy poco trabajo en el desarrollo de un concepto, de una idea.
Un llamado interrumpe momentáneamente la conversación, Morella revisa su agenda y apunta un nuevo compromiso. “Hoy fue un día de clientes nuevos, así es siempre, en vacaciones te cagas de hambre, llega marzo y te llaman todos” cierra su agenda y prosigue: “Muchas veces los músicos me buscan para que les haga una suerte de crítica y a mí no me tiembla el pulso a la hora de decirles que lo que estan haciendo es una cagada, pero también hay que tener en cuenta lo sensible que es el ego del artista, imaginate que todo lo que ellos hacen, mal o bien, con concepto o sin concepto, es algo en lo que invirtieron laburo, tiempo y hasta plata, y a su vez, es algo a lo que se exponen en el escenario.”

DLVE: Alguna vez en la película Casi Famosos de Cameron Crowe, resonó una frase que rezaba “eres muy sensible para el rock” ¿Se puede ser rockero sin tener sensibilidad?
Morella:
Para nada. Aprovecho que pasó hace poco el recital de Iron Maiden para traerte a colación esto: “Fear of the dark” es miedo a la oscuridad, ahí tenés una muestra de sensibilidad… ¡Y de nada menos que Maiden! Independientemente del género, hace falta sensibilidad para ser músico, no necesariamente ser un emo, pero al menos tener la capacidad de que te sensibilicen cosas que pasan en el cotidiano de la vida para poder plasmarlo en una melodía o en una letra.

DLVE: Actualmente existe una enorme cantidad de artistas en surgimiento y hay muchísimas vías para la difusión de su trabajo, entonces ¿Por qué crees que cuesta tanto consolidarse en el circuito?
Morella:
Te decía antes que falta un concepto, un proyecto, pero también creo que falta información y una determinada estrategia para culminar en eso. En la actualidad vivimos en una situación de extimidad que hace que se pierda lo que era la mística de la figura del músico, esa situación de misterio, de no saber nunca que está haciendo. Todos conocemos todo y eso impide que el músico pueda generar una suerte de misticismo que vaya más allá de la canción.

DLVE: ¿Te consideras una pionera en esto de establecer una corriente psicoanalítica aplicada a la música?
Morella: Me encantaría decir que me considero una pionera, pero me siento más una exploradora. Trato de romper esta estructura porque nunca se vio que un psicólogo haga este desmadre de cosas, de hecho el psicoanálisis nunca habló de música, Freud la detestaba, Lacan tampoco profundizó en el tema. Muchas veces la música se hace a partir de la falta del ser, del dolor, del vacío, y al tener un lenguaje tan particular desde lo melódico, que excede a la cosa literal, termina siendo un fenómeno que conmueve demasiado y no se puede poner en palabras. Esta parte de la sensibilidad del músico, el psicoanálisis no la toca. Todo forma parte de un proceso personal en el que ojalá algún día pueda decir que soy pionera. Hoy estoy apostando y explorando en esto que todavía ni yo sé con exactitud de qué trata, siempre apegada al psicoanálisis que sé que genera efectos y tiene respuestas positivas.

Entrevista realizada por Alejo Saggin para www.delaviejaescuela.com

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