En medio de un cambio de paradigmas forzados por la pandemia del COVID -19 que azota al mundo entero, comenzamos a tomar mayor conciencia de las necesidades del otro. Por suerte hay que gente como “Simón” que abrió sus ojos hace muchísimo tiempo para dar una mano a los mas necesitados.
En la siguiente nota van a poder conocer la historia del comedor “Esperanza”, la realidad que se vive fuera de la comodidad de nuestros hogares, y la necesidad de que existan mas personas que se preocupen por el otro… espero la disfruten.
DLVE: ¿Podes contarnos cuál es la labor que se lleva a cabo en el comedor y donde está ubicado específicamente?
ST: El Comedor Esperanza trabaja desde 2008 tratando de brindar contención, higiene y comida sana, caliente y nutritiva a la población de adultos en situación de calle de la ciudad de Córdoba. Tras diversas mudanzas a lo largo de los años el Comedor se encuentra funcionando actualmente en Olmos 254, barrio Centro.
DLVE: ¿Quienes conforman el equipo que lleva a cabo dicha labor?
ST: Tenemos un equipo de trabajo voluntario que lleva adelante todas las tareas: tres coordinadores, Ana María Tonnelier, Ramón Lascano y yo. El resto de voluntarios ronda en unas diez personas que donan su tiempo y esfuerzo para que todo salga lo mejor posible. Tenemos gente que normalmente ayuda con la limpieza y el orden, otros se encargan de gestionar y recibir donaciones, de armar bolsones de alimentos, otros más de llevar adelante entrevistas, registro de datos y recibir a quienes asisten al Comedor.
DLVE: ¿A quienes está dirigida la ayuda que se brinda en el Comedor Esperanza?
ST: Desde su fundación todo el esfuerzo del Comedor se destinó a asistir a la población de adultos en situación de calle, una minoría históricamente olvidada en las políticas públicas de asistencia. Hasta el 2018 la población en situación de calle se calculaba en un grupo de 500 a 600 adultos expulsados de sus entornos por diversos problemas socioconductuales o económicos, con una alarmante tendencia desde 2019 a aumentar por la grave crisis socioeconómica del país. Hoy podríamos estar hablando de un millar de personas que sufren en mayor o menor medida esta situación.
DLVE: En el contexto actual de pandemia, cuál es la situación que le toca atravesar al C.E?
ST: La pandemia, con la extensa cuarentena que venimos sobrellevando, no ha hecho más que agravar la situación de desvalía de la población en situación de calle. En la primera etapa de cuarentena, la virtual desaparición de las economías informales que le proporcionaban algún sustento (cartoneo, venta ambulante, changas, mendicidad, etc.) se contrarrestó de alguna manera con la aparición de los refugios eventuales de la Municipalidad, que contuvo a unas 500 personas en polideportivos y habitaciones alquiladas a hoteles durante más de un mes y medio. Hoy la mayoría de ese grupo humano volvió a dormir en calles y plazas, no tiene acceso a higiene (las duchas de los Comedores no están autorizadas a funcionar por los protocolos de prevención de transmisión de Coronavirus) y la asistencia del estado provincial en lo que atañe a adicciones está reducido a un mínimo por las mismas razones.
Si bien durante su estadía en los refugios provisionales el apoyo de asistentes sociales sirvió para generar la obtención del IFE a dos tercios de la población alojada, sólo un tercio invirtió ese dinero en pagar una habitación o pensión para tener techo actualmente, y con el retiro del IFE para Córdoba, no les quedará otra alternativa que volver a la calle.
La cuarentena también afectó mucho el funcionamiento de nuestro Comedor: no podemos servir las raciones calientes en el salón, ni brindarles el uso de baños y duchas, y el distanciamiento social altera totalmente el trabajo de contención (contacto estrecho, charlas individuales para estar al tanto de la situación de cada uno). Nos vimos obligados a reemplazar los almuerzos por la entrega de bolsones alimentarios pensados para que puedan alimentarse dos semanas, y cada persona puede retirar hasta dos bolsones por mes.
Otro desafío nuevo para nosotros ha sido el incremento de la población de adultos en situación de calle debido a la crisis económica asociada a la pandemia, y la aparición de un gran número de personas que perdió su trabajo o fuente de ingresos en estos meses, y si bien aún conservan su techo no tienen qué llevar a su mesa. Muchas de estas personas tienen a cargo grupos familiares, y problemáticas diferentes a las que históricamente atendimos en el Comedor Esperanza.
De cualquier forma, esperando la pronta vuelta de las raciones calientes, nos adecuamos totalmente a los protocolos para Comedores comunitarios durante la pandemia, y tratamos de optimizar el funcionamiento de nuestro equipo de trabajo para los desafíos que esperamos que traiga el aumento de población en situación de calle debido a la creciente crisis económica.
DLVE: ¿Cuál es la ayuda que se necesita y como Puede hacer todo aquel que esté interesado en colaborar?
ST: Para el armado de bolsones de alimentos dependemos totalmente de donaciones, por lo cual solicitamos alimentos no perecederos como fideos, tallarines, arroz, polenta, puré de tomate, azúcar, yerba, leche en polvo o larga vida, te o mate cocido, latas de conserva (arvejas, choclo, picadillo, etc), harina, aceite. También tenemos la capacidad de entregar verduras y frutas, que son sumamente apreciadas. En el ítem higiene y limpieza necesitamos jabones, lavandina, dentífrico, etc.
Para poder recibir las donaciones en el Comedor les pedimos que se comuniquen a los teléfonos 3512323163 (Simon) y 3518083654 (Ana María), y por supuesto, nos ayuda muchísimo que compartan en sus redes esta nota y el flyer de la campaña del Comedor Esperanza.
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