Ska-P se presentó por primera vez en el festival serrano.
23:20 puntual asomaron al escenario Norte Pul-Pul (pañuelo verde al cuello y remera roja con la leyenda “Eterno” y la foto de Santiago Maldonado) y los suyos para bailar ska. Inminente, “La estampida” dio arranque al número de cierre de la edición 2019 de Cosquin Rock. “Nosotros tenemos al gato bueno, vosotros tenéis al gato malo”, y al compás de MMLPQTP sonó “Gato Lopez”.
Antes de comenzar la grabación de su ultimo disco, Game Over, Pipi se alejo del grupo. En su lugar, Eloy Yebra (reconocido actor español) se calzo el traje de cada uno de los personajes que nos regalaba Pipi arriba de las tablas. Torero, Cardenal con cara de Cerdo, Adivino, Borracho, Patovica, son solo algunos de los personajes que Eloy encarno en la noche.
“Solamente por pensar” en memoria a Santiago Maldonado, y “Cannabis” terminaron de juntar a la gente en el escenario mayor. Son unas de las bandas con mayor bajada de línea política y compromiso social y ese es el detalle que hace los shows de Skap distintos. Se pronunciaron a favor del aborto legal, en contra del maltrato animal, en contra de EEUU en Venezuela… En contra de racismo y la violencia.
También en contra del Vaticano y el encubrimiento de casi diez mil casos de abusos infantiles por parte de clérigos de la iglesia católica, entonando el coro de ángeles oscuros de “Crimen Sollicitationis”. Eloy encarnando un cura con rostro de buitre y alas negras se alzo en medio del escenario para quedar por sobre Txikitin, nuestro querido trompetista. Gordo, desaliñado, de falda escosesa, se robo el escenario y el protagonismo de Pul-Pul.
Como siempre, Skap es una fiesta y sonaron todos sus clásicos: Niño soldado, Tio Sam, Skapa, Derecho de admisión; mechados con canciones de Game Over, las mas celebradas fueron Jaque al rey y No lo volveré a hacer más.
Empezando la recta final sonó el himno de la adolescencia de muchos, Mis colegas. Casposos cerro el telón y a esperar por los bises. A la mierda, el grito antifascistas y Romero el madero amagaron con el apagón final. Pero no podía haber final sin bailar nuestro vals. “El Vals del obrero” fue el broche de oro para CR19, al grito de “RESISTIMOS, INSISTIMOS, SIEMPRE”. Queda mucho por resistir y mucho por insistir.
Nos vemos el año que viene.
Crónica realizada por Agustín Martinez, fotografía Martín Cornejo para www.delaviejaescuela.com
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