MILITANTES DEL CLÍMAX: “Llegar al clímax sin sacrificio”

El viernes 18 los Militantes del Clímax volvieron a la Ciudad de Córdoba. Con la producción de La Nueva Generación en Club Paraguay (Marcelo T. Alvear 651). Su show cargado de sátira, una puesta en escena notoriamente trabajada y, por supuesto, su “rap jazz”.

El Teatro del Clímax y sus temas

Para llegar al cielo, Dante pasó por el purgatorio y el infierno. Para que la humanidad tenga fuego, Prometeo se sacrificó y, según la mitología, hasta hoy hay un águila que come su hígado cada mañana. Alexia González-Barros, en España, entregó  su sufrimiento a causa de un tumor, por la iglesia del Opus dei. Para llegar al clímax hay que sacrificar algo, ese fue el concepto del show de Militantes del Clímax. Para eso trajeron a G-sus, el rey del marketing. Una lucha constante entre Franco Bersi, quien plantea la imposibilidad de no sacrificar y G-sus, que no quiere ser sacrificado porque el sacrificado puede ser otro, la deuda pueden pagarla los políticos, los empresarios, los porteños o el mismísimo Dios.

Aunque también presenta otra opción “¿Reescribamos la historia argentina?” Gritó desde su atril, aprovechando la ausencia de Franco: “Fundemos una religión que no pida sacrificio ni pague sus pecados”.

Con solo tres personajes en un solo escenario, Militantes del Clímax es capaz de retratar y burlarse de la moralidad religiosa, del absurdo que representa el que hoy Argentina deba pagar una deuda que ningún argentino pidió y de la falsa sensibilidad que se presenta mediáticamente. Ese tercer personaje faltante es alguien que dice ser un niño que dice ser ucraniano, en realidad es una niña siria pero actuó ser de Europa para poder recibir la ayuda humanitaria que no recibe porque la Guerra Civil Siria ya no es tendencia. A su vez este niño o esta niña de Ucrania o de Siria es abusada por G-sus, quien en su nueva religión propuso la necesidad de defender sus intereses del exterior con una ojiva nuclear. Y todavía puede haber más información.

Quizás estas sean las “ilusas musas” que pasan por la “máquina de sátira” a la que Benjamín Gutierrez se refiere en El Origen del Gen. Para cerrar con la parte teatral de la puesta en escena de la banda, ese bebé producto de una concepción aparentemente divina pero corrupta se presenta como un nuevo mesías. Marca el error de la humanidad que por querer clímax sin sacrificio se transformará en el sacrificio. La ojiva es arrojada al público, la “explosión” es pogo un pogo al ritmo de la parte más hard que la banda presenta.

La presentación músical

Benjamín “el Auelo” Gutierrez hizo referencia en la entrevista previa con Vieja Escuela a la forma de componer y crear de la banda. Una máquina que funciona hace años con la participación plena de sus integrantes, y eso se nota en vivo. Un grupo en el que se sabe perfectamente, desde la individualidad, que debe hacer cada unx. Puede que por ser un grupo tan numeroso (había trece musicxs en el escenario, de hecho sobre el final Gutierrez dijo: “son muchos como para hacerles la presentación individual”) se presenten tantas formas de afrontar la música, algo que permite al show y a la banda tener distintos pasajes. Los momentos más hard como el final con la bomba nuclear entre el público, El Kongo o Franki, para la segunda tuvieron de invitados a dos figuras del hip-hop cordobés, Chkal Detuvieja y el DJ Tedos . Momentos de baile pleno para el público como Godbless, después de esta canción y la gente entregada Benjamín dice de manera sarcástica “¿Qué pasa, están tímidos?”.

Crónica realizada por Santiago Mansilla, fotografías a cargo de Andres Moises (@andres.moises) para www.delaviejaescuela.com

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