RIDDIM: El reggae que se apropia de cualquier público

Hay estilos diferentes, en especial en el ámbito de la música donde los gustos son variados y las opiniones también. Sin embargo, hay formas musicales marcadas, que a pesar que existe la libertad de cambiarlas, se identifican con personajes históricos, creyendo que no hay otros modos de crear ritmos que mantengan la esencia pero que sean totalmente distintos. Esto pasó en la madrugada del domingo, en Refugio Guernica, cuando Riddim hizo su presentación marcando una diferencia: rompieron los estereotipos del reggae sin dejar de ser quienes son.

DESDE TEMPRANITO MOVIENDO LOS HOMBRITOS

Cerca de las doce comenzaron a pisar el escenario de Guernica las famosas bandas soportes, que dicho sea de paso, de soporte no tienen nada. Porque tanto Botánica Reggae como Doña Mari tuvieron la capacidad de ser en sí mismos mucho más que la previa al gran show.
Cada grupo se ocupó de presentar quiénes eran sin caer en comparaciones, y con la buena onda de hasta agradecerse mutuamente por el encuentro que compartieron antes de subir.
Lo interesante es que no se respiraba aires de competencia, siendo que en el ambiente eso es muy común, y ni hablar, cuando se trata del reggae, que es un círculo bastante cerrado. Esa sensación de ‘está todo bien’ se transmitió en cada una de las canciones, lo que permitió entrar en sintonía desde el minuto uno.

BOMBOS Y PLATILLOS

A las 2 am, ya estábamos todos listos para recibir a los protagonistas de la noche. Con un comienzo instrumental, muy placentero, dieron la orden de que todos marchemos a su paso, e increíblemente eso sucedió. Porque si bien había un público abundante y variado, el gusto por una banda hace que todos seamos iguales, inclusive aquellos que los conocíamos por primera vez.
A esa altura, la noche se dividió en dos partes: el inicio fue con fuerza pero con un dejo de tranquilidad, como si el mensaje subliminal hubiera sido ‘despacio que estamos calentando motores’. Así es que con Spear Burning, Confusión/Dejate llevar, Abrime tu corazón, Music is life, A otro lado, Puedo esperarte, y Tu amor dieron rienda suelta a lo que prometía ser un espectáculo diferente.
A mitad camino, las energías no disminuyeron, todo lo contrario: Jungla, No man is an Island, Hey Bredda, La máscara, entre otros temas, fueron los engranajes necesarios para que la cadena de movimientos no pararan. Es que se nota que Riddim es un equipo que tiene cancha en estas cosas.

NOS VEMOS LA PRÓXIMA

Y poco a poco, Riddim emprendió su retirada con un final que tuvo una particularidad: quienes estábamos cerca de la barra, a una distancia considerable del show, pudimos ver cómo la gente, en la medida que presentía el ‘adiós’ de los muchachos, iba dejando lo que estaba haciendo y se aproximaba cada vez más al escenario. Eso significaba que el público quería despedirlos bien de cerca.
Fue un recital interesante, con un hilo conductor que mantuvo la esencia reggae, con condimentos propios de cada uno de los artistas. ¿Lo mejor? El oficio de Riddim de vivir la música que hacen. ¿Lo peor? Quizás con una mayor difusión, muchos otros podrían haber disfrutado de esta banda que, definitivamente, saben cómo hacer para que queden resonando sus canciones en la cabeza.

Cobertura y fotografias realizadas por Florencia Lanter para www.delaviejaescuela.com

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