El alfajor es -podemos asegurarlo- la golosina argentina por excelencia. Según cuentan las doñas, fue inventado por estos pagos, hacia el siglo XVIII, aunque su origen se remonta en el tiempo y en el espacio a España, especialmente a Andalucía.
Pero el sur del conurbano, tiene su ‘capo’ que ni las enormes multinacionales y ni las grandes nacionales han podido desbancar a lo largo de medio siglo: Capitán del Espacio.
El alfajor nació hace más de 50 años en Quilmes, en la provincia de Buenos Aires. Su creador fue Ángel Lineo de Pascalis, quien jamás le hizo publicidad a su invento (sí, nunca lo hizo). ¿Sabés cómo lo hizo conocido? Aprovechó el “boca a boca” de sus clientes, es decir, que la propia gente lo difundiera. El Capitán conquistó a grandes y chicos por igual.
La fórmula: El dulce de leche y el baño de chocolate de primera marca. Sin embargo, el secreto se encuentra en la mano de obra: “La masa se sigue haciendo de modo artesanal, usamos cacao de verdad, no harina de algarroba, y se la deja airear; el glaseado es sólo clara de huevo y azúcar impalpable y se coloca a mano”.
En 2006 fue distinguido como campeón del Mundial de Alfajores, luego de llegar a la final contra dos conocidos rivales como Jorgito y Terrabusi. Fue viral, sin community managers ni redes sociales. ¡Hablame de Mitos ahora!
En noviembre del 2014 sucedió algo que a Angelito le hubiera gustado ver: Un grupo de jóvenes que se recuperaba de las adicciones viajó al Vaticano. Hablaron 40 minutos con el Papa, y cuando estaban por despedirse, Francisco preguntó: “¿Me trajeron eso?”… Uno de los chicos se adelantó y le entregó un obsequio, que, para Francisco tuvo un valor que excede las mediciones materiales. Los ojos del Papa se iluminaron pícaramente, y como un nene, agarró la caja de alfajores Capitán del Espacio.
Hoy, el Facebook del alfajor tiene más de 100.000 seguidores y la gente creo una solución ante la difícil tarea de encontrarlo: Un mapa en Internet que van actualizando y que indica los lugares donde se venden.
Un pequeño resumen de la historia de este pequeño gigante que en tan sólo 40 gr de dulzura nos lleva a pedirle a quien sea que venga de Buenos Aires “Traeme Capitanes del Espacio!!”y quién recibe el pedido ya sabe que tiene una importante misión.
Cobertura realizada por Natalia Cybuch para www.delaviejaescuela.com
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