CRUZANDO EL CHARCO: La cicatriz como consolidación

El viernes 8, Cruzando el Charco volvió a la ciudad de Córdoba. Esta vez, llegó a “Club Paraguay” con la producción de “Pirca”.

“Cruzando el charco” en Club Paraguay.

La banda platense vino a presentar su quinto disco.“Cicatrices” encarna el concepto que esta banda siempre tuvo intrínseco: La sangre, la carne, el corazón, en resumen, el cuerpo. Ejemplos de esto, muchos, algunos obvios, como que el segundo disco se llame “Desde adentro”, del anteúltimo disco, la canción “Corazón”. O, quizás de un modo más rebuscado, que uno de sus hits sea “Volver a nacer”. Pero el cuerpo está ahí, y ahora es una cicatriz, cualquier herida que haya pasado termina en esa marca. Citando a Wos, alguien de otro estilo musical, pero la frase puede extrapolarse: “Las cicatrices son el mapa corporal que me recuerdan lo que hice”. Esta noche de abril, los integrantes de la banda tenían remeras alusivas a este concepto. Una remera roja con un corazón, una negra con “sangre” chorreando de los hombros, y una cinta roja en el brazo.

Uno de los puntos destacados por los integrantes de la banda fue el crecimiento que tuvieron. En más de una ocasión mencionaron que cada vez que vuelven a esta ciudad el número de gente es mayor a la vez anterior. Más que en 2020, cuando estuvieron en “Quality”, pero la pandemia y las mesas entre el público hicieron que solamente fueran 500 personas. O en 2019, cuando tocaron en el ya inexistente “El Vecindario”, apenas a unas cuadras de donde hoy es Club Paraguay.

Independientemente de las visitas anteriores de la banda, en esta pudo notarse la conexión con el público, los pogos en las canciones más intensas como “La última carta”, canción que abre su último disco.

La emoción en las que son más cargadas de, valga la redundancia, emotivas como “Viejo”, para esta “Francisco Lago”, el líder de la banda, se quedó solo en el escenario y recordó: “Esta es para mi viejo que logré disfrutarlo pocos años”.

Y por supuesto, el “momento bailable, momento cumbia” como diría Nahuel Piscitelli antes que Francisco cante “Asado y fernet” de Los Caligaris y que Nahuel continúe con “Cartagena”.

La banda, más allá de la identificación que se pueda tener con las letras, conecta por volver al público parte del show. Recibir una gorra de la gente, explicar el contexto de algunas canciones como con “Lo nuestro tiene magia”. Contaron que esa era una canción tenía más de 10 años de ser escrita. Dato extra: si viste a “Cruzando el Charco” en 2019 ya habías escuchado esa anécdota pero con más información. Aquella vez dijeron que la canción iba a estar en el primer, segundo, tercer y cuarto disco, pero no fue hasta el quinto que decidieron qué agregarla. Ante estas anécdotas y contextualizaciones, el líder de la banda diría sarcásticamente: “Bueno… parece que quiero hacer una charla TED antes de cada canción” pero el público se mostró agradecido. Agradecido, al igual que después de pedir “una más” la banda dio cuatro. Cerca de las 23 hs. el show finalizó con “Terminales” y Nahuel levantando una bandera que decía: “Llevame con vos a todas las terminales”.

Volviendo hacia atrás, la banda vio en Córdoba (y en la gira) su consolidación, el cierre de esa cicatriz. Puede que sea apresurado hablar del futuro, el disco tiene menos de un año, pero ahora ¿Qué sigue? Puede ser un tatuaje y decorar la marca como hacen algunas personas, dejarla y exhibirla como hacen otras.

Crónica realizada por Santiago Mansilla, fotografías a cargo de Franco Alonso para www.delaviejaescuela.com

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