CIENTIFICOS DEL PALO: “Brindemos esta noche, somos el enemigo!”

Cientificos del palo volvió a Refugio Guernica para presentar “Justicialista Vol. I”, su nuevo disco.

La noche del viernes nos dio un respiro de tanto calor y refrescó. Sin embargo las temperaturas bajas solo se mantuvieron por fuera de Guernica. El local de Tillard 115 explotó con la potencia de los Marplatenses que, puteadas mediante, desataron una comunión Peronista en el abasto.

Con gorra de visera y remera con el logo de Cientificos, que emula perfectamente al de YPF, Pepo y los suyos subieron a las tablas del Vitico Bererciartua. Arremetieron con “Para que sirve pensar?”, primer corte de “Justicialista”, y pegadito “Marplatense”.
“Estamos muy contentos de volver a esta provincia de mierda”, sentenció Pepo para recibir la primera ola de puteadas de la noche. Es algo muy gracioso de presenciar en cada show de Cientificos, ese feedback desubicado que tienen con su público, que desinhibe y hace mas natural todo. Uno se siente como que va a ver tocar a la banda de un amigo, y se siente libre de decirle lo que se le cante. Eso generan Pepo, Popete y Seba.

“Si no van a cantar nos hubieran avisado y no veníamos ni mierda. A ver si saltamos un poquito, putos” y el primer pogo con “Los Gomias” se desató. A partir de ahí, el show fue un popurri perfecto entre temas de sus trabajos anteriores y “Justicialista”.

“El que mas dispara”, “Llame jah!” y “No hay capitán si no hay marino” siguieron la linea del agite. Uno es lo que puede ser y hace lo que cree que debe hacer, y ellos creyeron que habia que bajar un cambio. “Código morsa” fue el momento meloso y “Dormijito” la típica canción fogonera que hasta incluso levantó un par de encendedores en el aire. Despues de ese set, descubrimos que Pepo es un tremendo mal actor. Sus escenas emocionado no convencerian ni al peor de los directores, ni hablar de cuando simula el llanto. Agradeció que seamos tan drogadictos y cantemos sus canciones justo antes de las lagrimas de cocodrilo. Nadie te creyó, gil.

“Justicialista Vol. I” es el disco que vinieron a presentar a la docta. El etiquetado como el mejor trabajo que hayan hecho nunca segun ellos mismos, es de verdad un álbum lleno de grandes canciones. Hace poco, en una entrevista que dio José a Vieja Escuela, nos contó que en esas canciones no solo hablan de la coyuntura política actual y de un modelo politico al cual ellos no apoyan, sino que también se toman un tiempo para contar un poco de su ciudad natal, Mar del plata. “Mar del plátano” habla de la relación de Pepo con MDQ, a donde fue a parar despues de vivir exiliado hasta la vuelta de la Democracia en el 83′. “La mula” es un tema que recuerda al bar donde dieron sus primeros pasos como banda, La mula plateada. “Eramos tan vírgenes por dios! Fuimos aprendiendo a caminar”, reza el estribillo de una de las canciones mas funky del disco. Hubo tiempo tambien para un poco de Historia, “La Revolución de Mayo” y un tinte electrónico puso a Popete a bailar mientras fumaba y punteaba su bajo color madera.

Entrando a la parte final, el perfil actoral de los cientificos fue mas evidente y, aunque sean horribles, nos hicieron reír. Una version de “Losing my religion” de REM en un inglés bastante pobre, como el que cantamos cuando estamos en la ducha, sirvió de intro para “Civilización y barbarie”, otro clásico de su disco conceptual “La Histeria Argentina”. El mensaje optimista llego de la mano de “Mantenerse en el camino” y otra vez lección de historia argentina y pogo con “El restaurador”, canción que recuerda a Rosas y sus logros en la batalla de la Vuelta de Obligado.

Como cierre, bailongo. “Pibe cantina de que te la das…” y todas las manos arriba, todo el mundo bailando. Hasta que engancharon con el himno de palo, “Somos el enemigo”. El punteo cumbiero que termina en una avalancha de notas bien power, a lo Divididos, y la letra que visibiliza y repudia muchas realidades sociales que hoy nos toca vivir.

Científicos del Palo es el popurri justo entre buen rock, historia Argentina, politica y compromiso social. ¡CDP o muerte!

 

Crónica por Agustín Martines. Fotografías por Elizabet Kenny.

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