ERUCA SATIVA: “Vine a encontrarme de nuevo con vos”

Con “Barro y Fauna” bajo el brazo, “Eruca Sativa” volvió a Córdoba, a su casa, para una gran reunión familiar.

El power trío cordobés volvió a la docta y nada menos que en las tablas de “Plaza de la Música“, el mítico local de Costanera. Las casi dos mil personas que presenciamos el show podemos afirmar que fue la propuesta más ambiciosa de la banda tanto en puesta como sonido; regalándonos el que, para quien les escribe, fue su mejor presentación en la ciudad que los vio nacer.

Se vuelve difícil analizarlo objetivamente, cuando uno escucha su música desde el minuto cero y puede decir que los ha seguido de gira en el interior de la provincia, hace diez años atrás. Yo tenía apenas 14 años y muy poca idea de muchas cosas, pero sabía que estaba siendo participe de algo. “Eruca” es la muestra de que el rock con tonada puede competirle al mainstream de Buenos Aires hasta formar parte de él, y volverse pieza importante de la escena nacional. Si bien se instalaron en capital hace unos 6 años ya, antes de editar su tercer disco “Blanco”, el boom lo dieron acá. Shows agotados en “Casa Babylon“, “Refugio Guernica“. Telonear a “La Mancha de Rolando” en la plaza de la Intendencia los catapulto al primer “Studio Teatro” y despertó el interés de la crítica. El resto es historia…

A fines del año pasado editaron “Barro y Fauna”, su quinto disco y el que vinieron a presentar en este inicio de gira. Apenas unos minutos antes de las 22 se apagaron las luces y los gritos afloraron al verlos a ellos: Lula, Brenda y Gabi volvieron a casa, y estaba todo en orden.

El arranque fue tal cual el disco con “Intropia”, “Abrepuertas” y “Armas Gemelas”. Juegos de luces hipnóticos y en espiral realzaban a los músicos y a la puesta en escena tan codiciosa que se mandaron. A esto sumarle el sonido fuerte, preparado para mucha más gente de la que había pero que igual fue impecable. “Qué bueno es estar otra vez en casa”, sentencio Lula y agrego lo que ya suponíamos: este inicio de gira en Córdoba es una especie de festejo de los casi 10 años que llevan como banda, prometiendo que los nostálgicos iban a disfrutar mucho de esa noche. Los primeros acordes de “Para Nadie” corroboraron lo que Lula acababa de decirnos y nos dio el primer regalo de la noche. “Para que Sigamos Siendo” sorprendió al ser de las primeras (estamos tan acostumbrados a escucharla sobre el final) y “La Carne” dio cierre a ese bloque retro, con las brasas ya encendidas y la plaza bien caliente.

Bajaron un cambio con “Sin la red” donde vimos a los primeros invitados. Juan Pablo Rufino, pareja de Brenda, en bajo; y Nicolás Sorin, líder de Octafonic y pareja de Lula en teclados. Todo queda en familia. Siguieron bien arriba y dos “clasicazos” desataron grandes pogos: “El genio de la nada” y “Tu Trampa”, seguidos de la balada “Guitarras de Cartón”, acompañados por Sorín nuevamente que también prestó su voz en la estrofa que quedo inmortalizada gracias a “Fito Páez” en su disco Blanco, de 2012.

Paso siguiente, se dio lo que muchos consideramos histórico dentro del rock cordobés. Recordemos que Lula y Brenda fueron parte de “Lucila Cueva”, banda de culto de nuestro under que mantiene la misma esencia de power trio. La tercer pata de Lucila era “Mariana Pellegrino”, a quien Lula y Brenda presentaron como “parte de la familia y de todo esto” para hacer una demoledora versión de “Japón”, con un sublime solo a dos violas donde se prendieron fuego, emanaban chispas de los poros. “Mariana” se lucio y recordó por qué es una de las más grandes guitarristas de córdoba.

Homenaje a Titi Rivarola, quien supo ser su mentor, con una hermosa versión de “Amor ausente” acompañados del Bicho Díaz en charango. Para los que no saben, el Bicho y Titi formaron juntos, hace unos cuantos años atrás, “La Eléctrica Folklórica”, un proyecto que fusionaba nuestro folklore con tintes eléctricos y se  transformo en un grupo de culto.

Llegando al final, el campo parecía un pozo de lava: Caliente y en explosión constante. “Nada Salvaje” y “Fuera o mas allá” empezaron a marcar las ultimas notas. De nombres rebuscados, casi trabalenguas, “Queloquepasa” y “Tarara” siguieron la misma línea, este ultimo siendo una parodia y tirando algún que otro palo a la dueña de las mesazas. Si, “Sirvan la mesa/ todo está listo/ abran la boca/ cierren la mente”; clarísimo.

Y al final, ese bajo que suena a deja vu: la ronda gigante y todos saltando como si fuéramos uno. “Magoo”, el clásico “eruquero”, la canción que los término de posicionar de locales, la que les abrió la puerta al resto del país. Sorpresa fue “Inercia”, perteneciente a “Barro y Fauna” y la elegida para dar fin a un show demoledor en que, durante poco más de hora y media, “Eruca” dio cátedra de por qué son la banda del momento. La felicidad no es premio.

Cobertura realizada por Agustín Martínez, fotografias Elizabet Kenny para www.delaviejaescuela.com

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